jueves, 17 de diciembre de 2015

¿QUE ES UN CASO CLÍNICO EN PSICOANÁLISIS?

¿QUE ES UN CASO CLÍNICO EN PSICOANÁLISIS?

LA HISTORIA

La presentación de casos es una práctica médica que se instaura en el Renacimiento. En sus comienzos, este tipo de presentación tenia dos tipos de escenario: el primero, era un escenario publico, las familias pudientes, sobre todo en Holanda e Italia, donde el renacimiento tiene su real apogeo, pagaban a los médicos anatomistas más prominentes de Europa para que hicieran disecciones a cadáveres de muertos anónimos de los sanatorios y casas de beneficencia. Esto con el fin, de asistir a tal espectáculo que puede ser entendido como una escenificación teatral en torno a una cierta aceptación de la muerte y de la finitud de los cuerpos, que había sido ya aceptada por la iglesia, pues, no violaba flagrantemente sus convicciones sobre el más allá, y sostenía la permanencia pasajera del alma en el cuerpo. El objetivo fundamental de dicho espectáculo, sin embargo, se enmarca en la práctica del conocimiento anatómico y de la búsqueda de las consecuencias mórbidas de la enfermedad, que podían descubriese en dicha disección. Es lo que Michel Foucault, llamará una clínica de la mirada de los cuerpos, de los tejidos, de los pigmentos y de las texturas; pues habrá que esperara la aparición del microscopio para introducir una clínica de la mirada aun más exacta, clínica de la histología y de las células. Los Medici, mecenas reconocidos de artistas, científicos e inventores, fueron una de las familias que más apoyaron este tipo de prácticas, que hasta la época pasada, la edad media, eran consideradas impúdicas, impuras y castigadas con la muerte por herejía.

Esta práctica pues, aparece y se desarrolla con el objetivo del conocimiento científico y anatómico de los cuerpos diseccionados, que contribuyo enormemente al desarrollo de la medicina fisiológico-anatómica, y paradójicamente, para la estética casi perfecta, que se aboco luego en las obras de arte de gentes como Miguel Angel y Leonardo da Vinci.

El segundo escenario, que permanece hasta nuestros días, es la disección de cuerpos que se hacia en las aulas de clase de las facultades de medicina, con objetivos didácticos y de enseñanza, y que por tanto mantiene por ello el objetivo científico.    

Debo aclarara por qué hablo de nuestros días. Es claro que hoy no se hacen más disecciones en aulas de clase. Los cuerpos y cadáveres hoy pueden encontrarse en formol, sus partes pueden ser conservadas, el cuerpo ya no tiene que ser sometido a su desmembramiento, e incluso, puede encontrarse en Internet, en versiones tres D, es decir de manera digital, cualquier parte, órgano e incluso el cuerpo mismo, y no es necesario por tanto, el acto “atroz” de la desmembración corpórea. Esto se debe, a una nueva concepción del hombre, que sacraliza el cuerpo, y que como tal ha hecho que dichas prácticas se abandonen progresivamente.

Sin embargo, la práctica de la presentación de enfermos se mantiene, sobre todo por una tradición que aparece en Francia alrededor de la Revolución Francesa. Dicha práctica no es más que la disección de los cuerpos que pasa ahora a convertirse en una disección mental. Un ejercicio muy difundido en dicha época convirtió a los sanatorios y a los manicomios en lugares para el espectáculo. En los días de fiesta y en los momentos de ocio, un ciudadano normal de Europa, podía pagar una visita guiada a los sanatorios para conocer de primera mano las más grandes degradaciones de la humanidad. Hablo de degradaciones, ya que dicha teatralización de los manicomios obedecía no solo a aun espectáculo, como lo había sido para la época del Renacimiento, sino como una forma de control social y moral de las aberraciones más arraigadas en lo humano, puesto que, en dichos lugares de internación se podía encontrar desde vagabundos de todas las edades, prostitutas y mujeres de procedencia dudosa, madres solteras, viudas abandonadas, viejos seniles, asesinos y violadores, psicóticos declarados, retrasados mentales, sifilíticos, tuberculosos desahuciados, alcohólicos y viciosos y demás enfermedades incurables por la medicina tradicional. Enfermedades que eran consideradas, por esta nueva mirada laica, como enfermedades que atacaban al espíritu por su lugar más vulnerable, sus vicios, sus pasiones y su desenfreno social y moral.

Ahora bien, esta práctica de la presentación de enfermos de manera publica, fue transformándose progresivamente en una presentación de enfermos más privada, dirigida sólo a médicos y psiquiatras, y que se empieza a instaurar a mediados del siglo XVIII, tradición que llega hasta la educación que Freud recibiera en Paris, por parte de uno de los psiquiatras más prominentes del siglo XIX, el profesor Charcot, y que de una u otra manera marca la manera en que nosotros, psicoanalistas, presentamos hoy en día nuestros casos.

Vemos pues, que la práctica de la presentación de enfermos o de casos clínicos, no es una cuestión novedosa. Presentación que pasa del cuerpo, abordado con una clínica de la mirada, a la mente, que se convierte por tanto en un fenómeno sobre el cual se puede extender dicho método, la clasificación por lo que puede ser visible y verificable en la facticidad misma del fenómeno. Esta es por ello, una clínica de las descripciones más minuciosas, una clínica que, progresivamente se dedico a la búsqueda de las generalidades sobre las cuales la clasificación estadística de nuestros días viene ha afincarse, clínica y clasificación que no buscan la explicación, solo se dedica a decirle al ciudadano que identidad mórbida tiene y cuanto por ello debe recibir como indemnización por el estado. Clínica por tanto de la economía, de los seguros, de la prevención y de la promoción.

Esta clínica tradicional y sus prácticas de exposición de cuerpos y mentes, fue revolucionada por la aparición del psicoanálisis y su singular presentación de casos, que, a pesar de tener su origen en dichas exposiciones tradicionales que Charcot ponía en escena con sus pacientes histéricas bajo hipnosis, y que continuaba la tradición medica más arraigada. Freud trasforma a su manera y con ello invierte, no su cometido que es científico y de enseñanza, sino, su cometido teatral, que raya en ocasiones con el morbo que causa el padecer, el sufrimiento y la exposición del otro, sobre todo, si ese otro es un desgraciado del destino. La propuesta freudiana del estudio y presentación de caso genera una nueva concepción y forma de pensar la clínica y la intervención, de ahora en adelante será una clínica de la escucha, es decir, allí donde lo que hablaba por el paciente era la descripción y la clasificación, ahora hablara el paciente mismo de su padecimiento.


GENERALIDADES DE LA PRESENTACIÓN DE CASO EN EL PSICOANÁLISIS. 

Pasemos a ahora ha denominar cuáles son las características principales que tiene una presentación de caso para el psicoanálisis.

Coma ya se ha visto, para la medicina un enfermo no es más que un individuo anónimo representativo de una enfermedad, tradición que de una u otra manera se mantiene en la concepción de la psicología. Por su parte, para el psicoanálisis, por el contrario, un caso expresa la singularidad, el rasgo característico mismo del ser que sufre y de la palabra que nos dirige. Es el relato de una experiencia particular, del encuentro de un analista y un analizarte lo que permite de ello extraer una innovación teórica. Y subrayo innovación teórica, puesto que, pensamos que cada caso debería introducir nuevas luces sobre la teoría, y no al contrario, como podría pensarse. Cada caso por su singularidad, muestra siempre en el fondo los rasgos de lo más general que afecta al ser humano, por esto el caso clínico siempre debe poner en tensión toda la teoría existente, pues, nos guiamos por la idea de que cada caso es nuevo y la teoría existente es, en su gran mayoría, insuficiente para su comprensión total. Por esto mismo es que cada caso es abordado como si fuera el primero, y por tanto, cualquier experiencia anterior no es suficiente para abordarlo y entenderlo.

Por otra parte, ciertas nociones analíticas sólo pueden abordarse poniendo en escena un caso, que no es más que, la restitución subjetiva del analizarte. Es en último término, una reintegración de la historia, una reinterpretación de su pasado a partir de lo vivido actual. Cada analizante, tiene no solo una historia particular, sino sobre todo, una interpretación singular de su historia. Es por todo esto que se individualiza cada caso, y esto, es lo que permite superar en el fondo los limites individuales mismos de su carácter, ya que de su singularidad puede extraerse la tendencia de lo general, tendencia general que no es más que la superficialidad de lo patológico.

Ahora bien, cuáles son las funciones principales de una presentación de caso:

1) Dialéctica:

El caso trasmite la teoría, muestra los conceptos clínicos. Es la puesta en imágenes de un concepto, un paso que va de lo abstracto teórico a lo concreto de la empiricidad del caso. Por ello es una ilustración, que en esencia, muestra el desarrollo de la cura, la historización del paciente y la lógica de sus síntomas. Por esto, convierte al concepto en una entidad formal, es decir, hace que el concepto se haga humano.

Por otro lado, y fue el ejercicio que Freud nos enseño, él extrajo gran parte de los conceptos psicoanalíticos de los casos que atendió. Fue el rasgo particular del caso el que le permitió formalizar, sino todos los conceptos, si la gran mayoría.

2) Metafórica:

El caso es el concepto hecho metáfora historizada, es decir, el concepto explicado a modo de una historia. El caso es la metáfora de un concepto que se descubre  o que se quiere evidenciar, que se extrae del mismo, o que se quiere enriquecer.

3) Heurística:

Genera conceptos, hipótesis y tesis, es por tanto una demostración y no por ello, una acomodación fácil y sencilla a las verdades teóricas anteriores. Por esto es que no nos dejamos guiar simplemente por los síntomas y las clasificaciones de los mismos, será el paciente el que nos guié en la lógica que tiene su enfermedad.


Un caso es entonces una reconstrucción histórica del padecer de un analizante. Por lo que se hace con rigor, saber, y buscando la innovación. Por esto es que no se expone cualquier caso, se exponen los casos que se muestran excepcionales, los casos que en ocasiones contradicen nuestras verdades, y no aquellos que terminan por corroborar nuestras ya viejas hipótesis. Por todo lo anterior es que un caso sólo se presenta y se formaliza en el psicoanálisis cuando el mismo ha llegado a su término.


Andrés Felipe Palacio Pérez

(2005)

miércoles, 8 de octubre de 2014

Una hermenéutica de los síntomas contemporáneos

Una hermenéutica de los síntomas contemporáneos

Psicopatología de la vida cotidiana y Malestar en la cultura

Cada momento histórico genera sus propios síntomas, en tanto parece existir una dialéctica entre historia y padecimiento, es decir, cada época tendrá en sus síntomas un reflejo de su propio malestar
(Freud)

Nuestro momento histórico

·  - Democratización del poder, del estado y de la mayoría de las instituciones.

·  - Particularización y pluralización de las identidades de las comunidades y los sujetos.

·  - La Sociedad Industrial da paso a la Sociedad de Consumo y de la Comunicación.

·  - Paso de la sociedad del trabajo y del deber, a la del hedonismo y los derechos.  (Del imperativo, al relativismo).


Así, La civilización contemporánea puede definirse por los siguientes imperativos:

·  - Personalización vía el individualismo extremo. (Individualismo hedonista indiferente)

· -  Búsqueda incesante de individualidad personal y colectiva. (Conflicto: Yo individual Vs. Yo Colectivo)

· -  Hedonismo y Narcisismo: los imperativos del placer por el placer; son los que remplazan el imperativo de la razón por la razón como proyecto ilustrado moderno.
 (Lipovetsky)



De la Sociedad Industrial a la Sociedad de Consumo y de la Comunicación


Del Individualismo al Subjetivismo  = Narcisismo + Hedonismo


De la Razón a la Sensibilidad = Pluralización y Multiplicidad de identidades



La subjetividad contemporánea

Cada cultura y cada momento histórico producen un “sujeto tipo” acorde a su proyecto; y cada sujeto particular hace una experiencia propia de su cultura, que puede diferenciarse o asimilarse en mayor o menor grado a la subjetividad de su época.

·  -       Sujeto tipo anterior = Imperativos de la producción, el ahorro y el trabajo. (La Razón                                               categórica)

·  -       Sujeto tipo actual = Imperativos del hedonismo, el individualismo y la sensibilidad                                                (narcisismo y labilidad emocional y del carácter)


El “sujeto tipo” actual es completamente distinto del anterior, en cuanto hoy ni siquiera existe un proyecto ético-social claro y definido, pero sobretodo porque, éste proyecto se basa en una construcción completamente individual.

Individualista, hedonista y lábil, este sujeto “Cool” en sus maneras de ser y hacer, liberado de la culpabilidad moral, es un individuo narcisista; no obstante, propenso a la angustia, la ansiedad y la tristeza.
                                                                                                              (Lipovetsky) 


Frente a la caída de los grandes ideales y valores, consecuencia del abandono de las grandes finalidades sociales de la civilización, y la preeminencia concedida al puro presente; el sujeto contemporáneo es una personalidad flotante, sin estructura ni voluntad, siendo sus mayores características la labilidad y la emotividad…

Es un sujeto fragmentado por la multiplicidad y pluralidad de ideales y valores.
                                                                                                               (Lipovetsky) 

Cuanto más se invierte en el yo como objeto de atención e interpretación, mayores son la incertidumbre y la interrogación.

“El yo se convierte en un espejo vacío a fuerza de “informaciones”, una pregunta sin respuesta (…) el yo se ha vaciado de su identidad, paradójicamente por su hiper-inversión (…) El yo pierde sus referentes, su unidad, por exceso de atención: el yo se ha convertido en un conjunto indeciso”
                                                                                                              (Lipovetsky)


El cuerpo:

Por otro lado, el cuerpo ha sido reciclado, ha perdido su estatuto de alteridad, en beneficio de su identificación con su ser-sujeto, con la persona el cuerpo gana dignidad, debemos respetarlo, combatir sus signos de degradación por medio de un reciclaje permanente, quirúrgico, deportivo, dietético, etc. .

El cuerpo y la imagen retornan como una mercancía privilegiada, son un utensilio; es el cuerpo de la cirugía estética, de la disciplina dietética, del deporte en los gimnasios. (La democratización de la moda)
(Lipovetsky)


Simultáneamente a una función de personalización, el individualismo cumple una función de normalización del cuerpo; así, el interés febril que tenemos por el cuerpo no es en absoluto espontáneo y “libre”, obedece a imperativos sociales.

(Foucault, Lipovetsky; Narcisismo y Bio-poder)

La normalización postmoderna se presenta siempre como el único medio para ser verdaderamente uno mismo: “joven, esbelto, dinámico”. 
Esto es lo que se refleja en la negación de la muerte, la vejes y la obsolescencia; es el imperativo de lo novedoso e innovador, de lo eternamente nuevo.

El proceso de personalización compone un tipo de carácter cada vez más incapaz de afrontar la prueba de lo real:
La fragilidad, la vulnerabilidad y la sensiblería que van en aumento lo caracterizan:

·  -       La psicología de la victima
·  -       El masoquismo moral
·  -       La cobardía moral
·  -       La anorexia mental


El concepto de síntoma


El síntoma
Psicopatología de la vida cotidiana y Malestar de la cultura

El síntoma es una especie de negativización (como un No y como un Negativo) de los imperativos propios de la época determinada donde se presentan.

El síntoma aparece allí donde el proyecto ético-social pierde su dominio; el síntoma es aquí una objeción a eso que dicho proyecto proscribe (acepta y rechaza) y prescribe (indica, perfila  y ofrece sin obligación).

Una civilización define un perfil de los placeres tolerables, y así, los síntomas son las manifestaciones del resto de placeres que un sujeto no ha logrado hacer pasar por las vías estándar que la civilización le ofrece; el síntoma es pues una objeción al vínculo social establecido; manifiesta un fracaso de la civilización para domesticar lo más oscuro y profundo de lo que constituye a un sujeto. (Colet Soler)   

Cuando todo es permitido las cosas deseables se hacen más raras, ya que el deseo, en parte, se sostiene en la prohibición; ahora bien, cuando una cosa no se puede alcanzar más se la anhela. Eh ahí la crisis contemporánea del deseo, la civilización de hoy da a cada sujeto un cierto sentimiento de desposesión: haga lo que haga la insatisfacción corre más deprisa.    

De esto es de lo que se sirve la publicidad y los medios de comunicación para primar en la Civilización del Consumo

Así, en la psicopatología de la vida cotidiana de hoy, no se presentan tanto los síntomas como claros y bien definidos; sino más bien como “trastornos de carácter”, identificados por un malestar difuso que lo invade todo, un sentimiento de vacío interior y de absurdidad de la vida, una incapacidad para sentir las cosas y los seres.                                                                                                                                                                         
(Lipovetsky)

Ejms.: Trastornos de pánico, trastornos limite, estrés generalizado, depresión indiferenciada, anhedonia, la anorexia, los desórdenes alimenticios, etc.



Los síntomas contemporáneos:


PARADOJAS Y CONTRADICCIONES

LAS APORÍAS DE LA CIVILIZACIÓN CONTEMPORANEA


Hiperactividad y Desordenes de Atención:
Inquietud, agitación, desenfreno, falta de control de los impulsos es lo que caracteriza a estos sujetos; falta de razón y pura acción impulsiva; en su comportamiento se da rienda suelta a las pasiones más peligrosas para el sujeto y para quienes los rodean.  


Desórdenes Alimenticios:
En el momento del consumo masivo de objetos, la manipulación genética de los alimentos y de la buena nutrición; a lo que se suma la preocupación y la adoración por el cuerpo y la imagen.
Paradójicamente, se multiplican los casos de bulimia, anorexia y obesidad mórbida; junto con las mil y una formas de dietética y hábitos de vida saludable.  )


Los Actos y los juegos Extremos:
En el momento donde se promueve la mesura, el sano equilibrio, la autodisciplina y el autocontrol, aparecen sujetos y grupos que llevan el cuerpo y la acción a extremos donde se pone en juego la integridad y la vida misma; ya no es un acto heroico, es un acto adrenalínico, una experiencia individual para recordar y luego seguir superando, pagando en ocasiones con la propia vida.


Los Desórdenes de Consumo Compulsivo:
En el momento del autocontrol, el equilibrio y el cuidado extremo del cuerpo, los sujetos se entregan al consumo compulsivo de objetos: las drogas, las dietas, las compras, los calmantes; las adicciones y los vicios en general se ven exacerbados y enmarcados en la civilización del vacío.


Desordenes del Vínculo Social:
Se ven reflejados en una imposibilidad para relacionarse con otros: relaciones vacías, efímeras y sin compromisos, seguido de un sentimiento casi generalizado de soledad y abandono. 
Por un lado, es el momento donde el otro se mira con indiferencia; por otro, las normas, las costumbres y los hábitos se han vuelto absolutamente flexibles.
El problema radica en el  hecho de que son estas normas las que en último término regulan las relaciones entre los seres humanos.


Violencias Cínicas:
En el momento de la globalización y del primado de la democracia, la libertad, la igualdad, la pluralidad y los derechos humanos; aparecen una serie de violencias regionales y de minorías que no tienen ningún sentido, es decir, que no se sostienen en ningún ideal universal de emancipación, ideología, nacionalismo o fe religiosa.
Asesinatos paranoicos, asesinatos pasionales de carácter doméstico, venganzas banales, guerras urbanas territoriales, etc.  


Desórdenes Emocionales:
En el momento del "Happy Life", la vida “Cool”, del autocontrol y de la búsqueda incesante de la felicidad; aparece una renovada angustia, un estrés generalizado, la ansiedad y la depresión que no parecen tener un detonante claro y definido; malestar que refleja la exacerbación de un vacío en la existencia y un sin sentido de la vida.

Proliferación de:

-  - Violencias Intrafamiliares y abusos (de poder)
ü - Desordenes emocionales, estrés y ansiedad
ü - Depresión y suicidios
ü - Asesinatos paranoicos y celosos
ü - Personalidades Narcisistas y Límites



Una ética para la contemporaneidad

La práctica de la libertad y la autonomía racional


El gobierno de si

Conocimiento-de-si  +  Cuidado-de-si   = Gobierno-de-si
      Prácticas-de-si


Una Hermenéutica del sujeto implica:

 La responsabilidad sobre las pasiones,
la búsqueda de lo bueno y de lo bello,
la aceptación de la finitud y del paso del tiempo.
una reconciliación con el valor de la vida y con la muerte.



Bases Bibliográficas:

ü  Aristóteles.
ü  Platón.
ü  Kant, Emanuel.
ü  Freud, Sigmund.
ü  Lacan, Jacques.
ü  Heidegger, Martin.
ü  Foucault, Michel.
ü  Lipovetsky, Gilles.
ü  Soler, Colette.


Andrés Felipe Palacio Pérez
(2010)